Todas las personas han experimentado sensaciones en el estómago cuando la vida los pone ante situaciones fuera del alcance, a las que se les denomina especiales. Para entender esa reacción en la parte del cuerpo existen diversas explicaciones.
Existe una explicación psicológica muy interesante para entender la razón por la cuál el estómago se convierte en el epicentro de ese temblor producido por emociones demasiado fuertes para las personas.
La primer razón, psicológica, es la que explica que al nacer estamos necesitados de alimento, mismo que se consigue y se siente por medio del estómago y de amamantarse a través de la madre. Este acto que aparece desde los primeros meses de vida fue denominado por Sigmund Freud como la fase oral, misma que influye durante toda nuestra vida a la manera en la que reaccionamos, sentimos y nos comportamos. En muy resumidas cuentas. A raíz de esta fase el estómago que exige alimentos, siente satisfacción y sensaciones desde que somos bebés se va formando como un indicador de los sentidos, mismos que provocan reacciones en esta parte del cuerpo a través de la mente.
Otra de las explicaciones es que aproximadamente 100 millones de neuronas hacen que los intestinos se conviertan en el lugar de las reacciones bioquímicas del cuerpo. Dejando claro que cuando se producen pensamientos de los cuales se recuerda o se tiene un sentido muy fuerte a través de la mente, las neuronas reaccionan y hacen que los intestinos, o mejor dicho la parte del estómago también lo haga.
