El sueño de todas es disfrutar de esos deliciosos postres que se nos antojan mañana, tarde y noche sin consecuencias a la figura.
Por eso, así como existe una hora en la que debes cenar para no subir de peso, también hay una para comer postre. Y no lo decimos por experimento nuestro, la health coach, Paula Ortega, quien es egresada de Cambridge y experta en cómo sanar a través de la comida, nos lo ha revelado junto con más consejos de vida y recetas de postres saludables.
Paula afirma que el mejor momento para hacerlo es tres horas después de la comida para evitar que los azúcares fermenten la proteína consumida, la digestión no se haga más lenta y tomemos la energía que nos ofrece cada platillo. La clave está en cómo comerlo y no en restringirte todo el tiempo.
Pero si entraste a esta nota porque el postre es necesario en tu vida diaria, el problema no es que te engorde, sino que, seguramente, tengas una adicción al azúcar. “Si tu tienes una adicción al azúcar, a compensar alguna emoción con un alimento dulce, tenemos que enfocarnos primero en curar esa adicción. Aunque comas el postre tres horas después -aún siendo keto y con fruta del monje-, si estás fomentando tu adicción al azúcar, te va a afectar”, señala Paula.
Lo importante aquí es tomar dos puntos en cuenta: No hay que dejar el famoso “hueco para el postre” y saltarnos comidas o los platos fuertes JAMÁS. Tienes que consumir los nutrientes completos para que los requerimientos no se cubran con azúcar.
El segundo punto se trata de que puedes comer postre siempre y cuando sea en una ocasión especial o cuando tu cuerpo lo necesite. Por ejemplo, cuando estés en tu periodo, estés cansada, haga frío o simplemente tengas un antojo de postre, pero no todos los días.