La melanina es un pigmento que se encuentra dentro de las células de la dermis y que se encarga de darle el color a nuestra piel, que viene predeterminado por nuestra genética. La melanina también se encarga de protegernos de los rayos ultravioleta del sol, para que la piel no se queme ni sufra efectos como la pérdida de elasticidad y el envejecimiento.
Los rayos directos y en exceso del sol pueden ser bastante perjudiciales. Cuando la piel está muy expuesta al sol, produce una mayor cantidad de melanina para proteger las células. Es por esto que al bronceamos tomamos unos tonos más oscuros, que se van desvaneciendo en la medida en que estas células se van perdiendo al llegar a la superficie de la piel.
Bebe tus 2 litros de agua al día sin falta, porque tu piel necesita agua y la hidratación ayuda a eliminar las toxinas y renovar las células.
Las exfoliaciones son excelentes para deshacerte de las células muertas y estimular la regeneración de la piel. Al instante la notarás más brillante y suave y empezarás a ver cómo va perdiendo el tono oscuro.
Si no sabes cómo aclarar la piel quemada por el sol, la clara de huevo es la respuesta, pues es magnífica para esta tarea debido a su alto contenido de proteínas.
Tan solo necesitas mezclar la clara de tres huevos con la batidora hasta que parezca una espuma; cuando esté listo, puedes distribuirla sobre la piel quemada por el sol y deja actuar durante 15 minutos, luego retira con agua tibia. Repite la aplicación durante la semana la cantidad de veces que necesites.