El carbón activado es un compuesto vegetal que tiene propiedades para absorber químicos, metales y toxinas, por ello es utilizado como desintoxicante y con fines terapéuticos y hasta para antídoto contra veneno. En las últimas décadas también se le han atribuido propiedades antiinflamatorias, digestivas, antioxidantes para tratar y prevenir enfermedades.
Sin embargo y a pesar de todas las propiedades atribuidas el carbón activado no debe utilizarse con mucha frecuencia, pues también suele eliminar junto a las toxinas a sustancias benéficas para el cuerpo ya que no tiene propiedades para diferenciar entre las sustancias benéficas o perjudiciales.
Principales usos del carbón activado
- Blanquea los dientes. Los poros del carbón activado ayudan a reducir la placa que se genera en los dientes, esta placa es la causante de los dientes amarillentos. Además ayuda a prevenir caries, halitosis, gingivitis y enfermedades de las encías.
- Combate gases e inflamación abdominal. Los compuestos orgánicos del carbón se unen con los desechos acumulados en el intestino y esto hace que se eliminen de forma más fácil. El carbón también puede descomponer alimentos causantes de flatulencias.
- Para la resaca. Este compuesto orgánico ayuda también al tratamiento y prevención de los malestares ocasionados por la resaca. El carbón no puede absorber el alcohol de la sangre pero sí las toxinas que este trae consigo.
- ideal para la piel. Si se combina con aceites esenciales y/o con aloe vera, el carbón activado ayuda a mejorar el aspecto de la piel, eliminar puntos negros y otras impurezas.
Consumirlo en exceso podría dañar los pulmones y generar neumotitis, debido a la aspiración del carbón en polvo. Puede provocar piedras fecales y obstrucción intestinal.
Estos efectos secundarios se dan en personas que consumen esta sustancia a grados extremos, por ello se recomienda utilizarlo con cautela.