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Una dieta sana ayuda a prevenir síntomas del parkinson

Una investigación realizada por Samantha Molsberry, de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos encontró que una dieta sana se relaciona con un menor riesgo de tener síntomas de Parkinson.

La dieta sana incluiría Comer más verduras, nueces, legumbres y consumir una cantidad moderada de alcohol. El estudio se realizó con personas que ya tenían síntomas anteriores.

En el estudio se utilizó la información de 47 mil 679 personas a los que se les preguntó por la dieta cada cuatro años desde 1980 cuando se encontraban en la mediana edad.

Fue hasta el 2012 que se les preguntó sobre si presentaban dos afecciones que son comunes en las personas que son diagnosticadas con Parkinson: estreñimiento y un trastorno del sueño llamado trastorno del comportamiento del sueño de movimientos oculares rápidos, que incluye representar los sueños durante el sueño mediante movimientos como agitar los brazos o gritar. 

Fue hasta el 2014 que se les preguntó a 17.400 de los participantes sobre cinco síntomas más que pueden preceder a la enfermedad de Parkinson: pérdida del sentido del olfato, alteración de la visión del color, somnolencia diurna excesiva, dolor corporal y depresión. Los investigadores examinaron la medida en que las dietas de las personas seguían la dieta mediterránea alternativa, que es similar a la dieta mediterránea pero incluye sólo granos enteros y no considera los lácteos, o el Índice de Alimentación Sana Alternativa.

Las dos dietas fomentan el consumo de granos enteros como nueces y legumbres, además de frutas  y verduras.Los participantes se dividieron en cinco grupos, de acuerdo a las dietas que seguían, quienes tenían mejor adherencia a las dietas tenían menos probabilidades de tener tres o más síntomas que preceden a la enfermedad de Parkinson que las personas con la menor adherencia. 

Los del grupo de alta adherencia a la dieta mediterránea tenían un 33% menos de probabilidades de tener tres o más síntomas que los del grupo de baja adherencia. Entre las 29.899 mujeres del estudio, el 37% del grupo de baja adherencia tenía estreñimiento, en comparación con el 32% del grupo de alta adherencia. Entre las 11.493 mujeres con todos los síntomas no motores medidos, el 15% del grupo bajo tenía dolor corporal, en comparación con el 13% del grupo alto.

En las mismas 11.493 mujeres, el 17% del grupo bajo tenía síntomas de depresión, en comparación con el 14% del grupo alto. Entre los 17.770 hombres del estudio, el 22% del grupo de baja adherencia tenía estreñimiento, en comparación con el 12% del grupo de alta adherencia.