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Soya no es una bebida saludable para niños pequeños

Cuatro de las mayores organizaciones de salud de EE. UU. se han asociado para instar a los padres a monitorizar mejor las bebidas que sus hijos pequeños consumen cada día.

La moraleja de las nuevas directrices «Bebidas saludables, niños sanos» («Healthy Drinks, Healthy Kids»): reduzca los refrescos azucarados, los jugos y las bebidas parecidas, y favorezca la leche materna o de vaca para los niños, en lugar de las bebidas vegetales, que están de moda.

Las recomendaciones fueron creadas por expertos de la AAP, la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association), la Academia de Nutrición y Dietética (Academy of Nutrition and Dietetics) y la Academia Americana de Odontología Pediátrica (American Academy of Pediatric Dentistry).

Estados Unidos sin duda está atravesando una epidemia de obesidad infantil, y cualquier cosa que los padres puedan hacer por reducir las calorías vacías y fomentar la nutrición es crucial.

Desde el nacimiento hasta los 5 años, las recomendaciones son:

  • De 0 a 6 meses: Lo mejor es la leche materna, o use fórmula infantil.
  • De 6 a 12 meses: Siga con la leche materna o la fórmula, y a medida que el bebé comience a ingerir alimentos sólidos, intente introducir el agua para que el bebé se acostumbre al sabor. Evite los jugos de fruta, que no ofrecen una mejora nutricional respecto a la fruta entera, apuntaron los expertos.
  • De 1 a 2 años: Ahora es el momento de añadir leche entera, y más agua, a la dieta del niño. Puede darle pequeñas cantidades de jugo de fruta (y solo jugo de fruta «real» 100 por ciento), aunque la fruta entera sigue siendo mejor.
  • De 2 a 5 años: Siga con la leche y el agua, pero cambie a leche al 1 por ciento o desnatada. Una cantidad pequeña de jugo 100 por ciento es adecuada. Notablemente, las recomendaciones no incluyen a las leches vegetales, como la leche de arroz, soya o almendra.

Lott, que ayudó a crear las nuevas directrices, enfatizó que los productos de leche vegetal simplemente no tienen una cantidad suficiente de unos nutrientes esenciales (como la vitamina D y el calcio) que los niños reciben en la leche de vaca. Las únicas excepciones a la directriz podrían ser si un niño es intolerante a la lactosa, o si una familia es estrictamente vegana o tiene normas religiosas contra la leche de vaca.

Los refrescos, incluso los edulcorados de forma artificial, en general son inadecuados, apuntaron los panelistas, «dado que esas bebidas pueden ser fuentes importantes de azúcares añadidos en la dieta de los niños pequeños y no ofrecen un valor nutricional exclusivo».