El hígado graso se refiere a la acumulación excesiva de grasa en el hígado a causa de la obesidad, la diabetes o el consumo excesivo de alcohol. En general este tipo de padecimientos no presenta síntomas específicos, pero existen una serie de manifestaciones en la piel que pueden alertar sobre su presencia.
Poner atención a los síntomas siguientes te puede ayudar a detectar la presencia del hígado graso y comenzar a atenderlo.
Lo primero que puedes notar al verte al espejo es que la parte blanca de tus ojos se puede tornar amarillenta, mismo color que puedes presentar en otras partes del cuerpo. Este síntoma se debe a la acumulación excesiva de bilirrubina causado por un mal funcionamiento del hígado o una obstrucción de algún conducto biliar.
En las palmas de las manos puedes notar algunas manchas rojas y sentir picazón y en las uñas pueden verse unas manchas blancas o amarillentas en el interior. Otras veces se pueden aparecer moretones en diversas partes del cuerpo, esto como consecuencia de una cirrosis a causa del mal funcionamiento del hígado que bloquea la sangre.
En el rostro suelen aparecer las llamadas arañitas vasculares, una serie de arterias rojizas que pueden verse a simple vista, también pueden aparecer en el pecho, espalda y hombros.
En la orina también se producen cambios, sobre todo cuando se tiene un color más oscuro de lo normal.
El tratamiento para el hígado graso consiste en reducir los factores de riesgo, como la obesidad, mediante la dieta y la actividad física. Generalmente es una afección benigna, pero en una pequeña cantidad de pacientes puede ocasionar insuficiencia hepática (cirrosis).