Reconocer los primeros signos de diabetes tipo 2 puede ayudar a que una persona reciba un diagnóstico y tratamiento temprano y a tiempo.
Recibir el tratamiento adecuado, realizar cambios en el estilo de vida y controlar los niveles de azúcar en sangre pueden mejorar en gran medida la salud y la calidad de vida de una persona con esta enfermedad, así como reducir el riesgo de complicaciones.
Sin tratamiento, los niveles persistentemente altos de azúcar en sangre pueden provocar complicaciones graves y, en ocasiones, potencialmente mortales. Estas incluyen:
- Cardiopatía
- Evento vascular cerebral
- Daño a los nervios o neuropatía
- Problemas en los pies
- Enfermedad renal, que puede provocar que una persona requiera diálisis
- Enfermedad ocular o pérdida de visión
- Problemas sexuales
Mantener los niveles de azúcar en sangre bajo control es crucial para prevenir algunas de estas complicaciones. Cuanto más tiempo permanezcan sin controlar los niveles de azúcar en sangre, mayor será el riesgo de sufrir otros problemas de salud.
La diabetes no tratada también puede provocar el síndrome hiperosmolar hiperglucémico (HHS), que provoca un aumento grave y persistente de los niveles de azúcar sanguínea. Una enfermedad o infección suele desencadenar el HHS, que podría requerir hospitalización. Dicha complicación repentina tiende a afectar a las personas mayores.