Alrededor de dos tercios de los estadounidenses han tomado medidas para reducir la sal, según la International Food Information Council Foundation.
Esto con frecuencia comienza mediante la comparación de las etiquetas y la elección de alimentos (desde sopas hasta verduras enlatadas) con menos sodio.
Las cenas preparadas y envasadas pueden ser ricas en sal, sobre todo la pizza y el pollo empanizado, advierte la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association). Lo mismo sucede con las aves «marinadas» o inyectadas con una solución de sodio.
Los restaurantes, y los establecimientos de comida rápida en particular, añaden mucha sal y potenciadores del sabor basados en el sodio a los alimentos. Cuando usted cocina, usted controla la sal. Además de las hierbas, use especias para añadir sabor. Pruebe varias especias basadas en los chiles, como el ancho, el chipotle y el pimentón. Usar ajo y cebolla añade dulzura e intensidad. Tenga cuidado con las mezclas de especias con sal oculta, como el sazón para tacos, y busque variedades bajas en sal o sin sal.
Aunque la sal agregada de un salero es solo una parte pequeña de la sal añadida de la persona promedio, adopte el hábito de probar la comida en el plato antes de echarle sal, ya sea que coma en casa o fuera. Añada sabor con pimienta negra o jugo de limón fresco.