El folículo piloso es donde el cabello comienza a crecer y se mantiene en su lugar. Es una estructura similar a una media que comienza en la epidermis, la capa superior de la piel. Se extiende hasta la dermis, que es la segunda capa de la piel.
En la parte inferior del folículo, un trozo de tejido llamado papila contiene pequeños vasos sanguíneos (capilares). Estos nutren la raíz del cabello para que siga creciendo. El folículo también contiene la matriz germinal, donde las células producen nuevos pelos.
El bulbo es la estructura redondeada y profunda en la piel ubicada en la raíz del cabello, la cual rodea la papila y la matriz germinal. Esta posee varios tipos de células madre, que se desarrollan hasta convertirse en células especializadas y pueden renovarse durante un largo período de tiempo.
El folículo está revestido por una vaina interna y externa que protege y moldea el cabello en crecimiento. La vaina interna sigue el cabello y termina justo antes de la apertura de la glándula sebácea. La vaina exterior continúa hasta la glándula. La glándula sebácea produce sebo o aceite, que es el acondicionador natural del cuerpo. Durante la pubertad se produce más sebo, razón por la cual el acné se vuelve común durante la adolescencia. El sebo disminuye con la edad, lo que provoca que la piel se seque.
El músculo erector del pelo, un pequeño haz de fibras musculares, está adherido a la vaina exterior. Cuando el músculo se contrae, hace que el cabello se erice, lo que también se conoce como piel de gallina.
Entonces y en resumen, el folículo piloso es la estructura similar a una media debajo de la piel donde se forma el cabello, la cual contiene vainas que moldean el cabello, glándulas sebáceas que lo acondicionan y células que producen cabello nuevo.