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Eccema, ¿cómo afecta la salud mental de los niños?

Existen fuertes vínculos entre el eccema y los problemas de salud mental en niños de todas las edades. De acuerdo con una revisión sistemática y un metanálisis del año 2019, los niños y adolescentes con eccema enfrentaron una probabilidad significativamente mayor de experimentar cualquier condición de salud mental, en comparación con sus pares sin la condición.

Los expertos señalan que el eccema es capaz de afectar de manera frecuente el estado de ánimo de los bebés y los niños pequeños. Estos pueden mostrarse:

  • Inquietos
  • Irritables
  • Exigentes
  • Inseguros

Algunos niños con eccema también pueden asociar el rascado con la atención de sus padres o cuidadores. A su vez, esto puede convertir el rascado en un hábito y dar lugar a un ciclo que continúa afectando tanto su bienestar emocional como su piel.

Los niños mayores con eccema, incluyendo a los adolescentes y los jóvenes, también poseen un mayor riesgo de padecer problemas de salud mental. Un estudio del año 2021, que analizó datos de encuestas de una muestra representativa a nivel nacional de niños estadounidenses de hasta 17 años, descubrió que el doble de niños con eccema tenían un trastorno de salud mental que afectaba sus vidas, en comparación con aquellos sin la condición.

Asimismo, en comparación con otros niños, los participantes con eccema tenían más probabilidades de manifestar lo siguiente:

  • Preocupación frecuente
  • Sentirse infelices o deprimidos
  • Problemas para prestar atención
  • Tener dificultades para manejar las emociones, el comportamiento o llevarse bien con los demás

No existe una explicación sencilla para el vínculo entre el eccema y la salud mental. Esto porque puede ser el resultado de varios factores, cada uno de los cuales puede afectar a los niños de diferentes maneras.

Algunos menores pueden sentirse frustrados al lidiar con la picazón perpetua en la piel y perderse otras actividades mientras asisten a citas con el médico o reciben tratamiento para los brotes.

Sumado a ello, la apariencia física de las manchas de eccema puede hacerles sentir que no “encajan” con otros niños. Es posible que deban lidiar con baja confianza en sí mismos y aislamiento. Algunos niños con eccema también pueden sufrir acoso, lo que podría contribuir a problemas de salud mental.

En ciertos escenarios, los medicamentos pueden afectar la salud mental de los niños. Por ejemplo, si tu hijo(a) está tomando montelukast para el asma (que es más común en personas con eccema), puede experimentar efectos secundarios de salud mental, como ansiedad y depresión.