El nuevo coronavirus (2019-nCoV) puso en alerta a la población alrededor del mundo por su fácil contagio y la falta de una vacuna y un medicamento para tratar este padecimiento que ya ha causado la muerte de 17 personas.
Este microorganismo no es el único en su clase, y hay otro tipo que podría amenazar a los perros. Se trata del coronavirus canino o CCV.
La forma más común del contagio del coronavirus canino es por el contacto del animal con heces contaminadas de otro perro.
Otros factores que aumentan una posible infección es el estrés por el entrenamiento intensivo, el hacinamiento y las condiciones insalubres.
Los perros infectados por el CCV pueden presentar síntomas como vómito, diarrea, depresión, deshidratación y problemas respiratorios leves.
En cuanto al tratamiento, esta enfermedad causa un cuadro agudo autolimitado, por lo que el sistema del perro posiblemente podrá con la infección por sí solo.
En algunos casos la diarrea puede durar hasta por 12 días y las heces blandas por algunas semanas, pero una vez que el perro se haya recuperado, por lo general no habrá necesidad de un mayor cuidado.
Existen vacunas con el virus vivo autorizadas por el Departamento de Agricultura de Los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés).
Los perros, gatos, aves, así como un amplio rango de mamíferos también pueden contraer este virus, pero es completamente diferente al de Wuhan, que todavía no se identifica a través de cuál animal se transmitió.
