Estar atento al peso corporal y llevar un estilo de vida sano ayuda a prevenir infartos cerebrales, que aunque son propios de personas de la tercera edad, han aparecido con mayor frecuencia en personas jóvenes en los últimos años, sobre todo en quienes presentan obesidad que es el primer factor para el infarto cerebral.
Alejandro Montaño Serrano, del Instituto Mexicano del Seguro Social de Jalisco (IMSS), la obesidad desencadena enfermedades como la hipertensión arterial y la diabetes mellitus, que provocan, a su vez, ateromas (lesiones en capas internas de las arterias).
“Los pacientes crónico-degenerativos tienen mayor riesgo que la población en general, y este se vuelve aún más fuerte cuando hay consumo de sustancias tóxicas, incluidos alcohol y tabaco. La recomendación es practicar el autocuidado de la salud y tener un contacto permanente con el médico familiar, para que se detecten oportunamente las patologías que pudieran afectar más adelante la salud”, señaló.
Indicó que es importante hacer al menos 30 minutos diarios de actividad física y llevar una alimentación balanceada, de acuerdo al “Plato del Buen Comer”, es decir, mezclar verduras, frutas, cereales, tubérculos, leguminosas y productos de origen animal en la dieta de cada día, de manera que se beneficie el metabolismo con todos los nutrientes.
Del mismo modo, invitó a la población a acercarse a los módulos PrevenIMSS en las unidades de medicina familiar (UMF), al menos una vez al año, para que el personal de salud se asegure de que los niveles de glucosa y la presión arterial se mantienen adecuados, lo cual reduce las probabilidades de sufrir un infarto cerebral.