No importa qué tan bien estés o te hayas preparado, es posible que te sientas sofocado(a) o aturdido(a) después de experimentar un desastre natural. También podrías sentirte triste, impotente o ansioso(a). Sin embargo, a pesar de la tragedia, todavía existe la posibilidad de que te sientas feliz por haber sobrevivido.
No es raro tener malos recuerdos o sueños debido a esta experiencia. Es posible que evites lugares o personas que te recuerden el desastre. También existe la posibilidad de que tengas problemas para dormir, comer o prestar atención. Muchas personas desarrollan mal genio y se enojan con facilidad. Todas estas son reacciones normales al estrés.
En ocasiones, dicho estrés puede ser demasiado para que lo manejes tú solo(a). Algunas personas tienen problemas a largo plazo después de un desastre natural, que incluyen los siguientes:
Trastorno de estrés postraumático
Depresión
Autoculpa
Pensamientos suicidas
Abuso de alcohol o sustancias adictivas
RECUERDA: Si tus reacciones emocionales interfieren con tus relaciones, trabajo u otras actividades importantes, es fundamental que hables con tu proveedor de atención médica o con un profesional de la salud mental, ya que existen tratamientos disponibles.