El síndrome de ojo seco tiene lugar cuando los ojos producen muy pocas lágrimas o las lágrimas se evaporan demasiado rápido. La condición puede afectar a uno o ambos ojos. Realizar cambios en el estilo de vida pueden ayudar, pero en casos graves, la persona podría requerir medicamentos o cirugía.
El síndrome de ojo seco puede causar una variedad de síntomas, que incluyen los siguientes:
- Enrojecimiento o dolor de ojos
- Lagrimeo excesivo
- Sensación de escozor o ardor en los ojos
- Sensación de que hay arena o polvo en los ojos
- Moco fibroso dentro o alrededor de los ojos
- Sensibilidad ocular al humo o al viento
- Sensibilidad a la luz
- Visión borrosa, especialmente hacia el final del día
- Visión doble
- Fatiga ocular después de leer, aunque sea durante poco tiempo
- Dificultad para mantener los ojos abiertos
- Malestar al usar lentes de contacto
- Párpados que se quedan pegados al despertar
Algunas personas experimentan un dolor ocular intenso, que puede provocar ansiedad y dificultad en el funcionamiento diario.