Unos pequeños cambios aquí y allá, ¡y el estrés desaparecerá en cuanto entres por la puerta!
Por suerte o por desgracia, nos ha tocado vivir en la época de la inmediatez y la hiperconectividad, y todo esto deja una huella en la salud que se puede llegar a presentar en forma de estrés y ansiedad. Por eso tu casa debe ser un refugio donde puedas aislarte y vivir en calma al menos durante unas horas. Para conseguirlo, solo tienes que seguir unos pequeños consejos… ¡y la paz estará contigo!
Si alguna vez has sentido mariposas en el estómago antes de una presentación en el trabajo o si has notado que te sudaban las manos mientras esperabas en el dentista, ya sabes cómo se siente la ansiedad. Esos ligeros nervios en realidad tienen un propósito evolutivo. «La ansiedad está ligada al estado de lucha o huida», explica Elizabeth Ward, psicóloga. «Nos permite desempeñarnos en la vida mediante la producción de adrenalina y otras hormonas que nos dan energía y optimiza nuestros cuerpos para bombear sangre a nuestros pulmones y corazones para ponernos en movimiento».
Esta reacción en cadena puede ser útil en dosis razonables, pero puede incrementarse en personas con trastorno de ansiedad generalizada (TAG), explica Dianne Chambless, profesora de psicología en la Universidad de Pensilvania. «Experimentar ansiedad en sí mismo no es un problema», dice ella. «Solo cuando la ansiedad es tan severa que hace que tu vida se vea afectada o interfiera con tu trabajo, tus relaciones, tu capacidad para disfrutar de pasatiempos o actividades». Se considera que padeces trastorno de ansiedad generalizada cuando tienes ansiedad o cuando vives con una preocupación excesiva, la mayoría de los días durante al menos seis meses, sobre una serie de cosas como la salud personal, el trabajo, las interacciones sociales y las circunstancias de la vida cotidiana». Existe una delgada línea entre el estrés saludable y el no saludable. Si sientes que el estrés se está apoderando de tu vida y no puedes controlarlo – y lo sientes con frecuencia-, entonces estés por encima de un estrés promedio.
¿Cómo saber si tu ansiedad es totalmente normal o si es algo para lo que necesitas la ayuda de un experto? Aquí hay algunos signos que debes valorar.
SEÑALES DE QUE ESTÁS PADECIENDO ANSIEDAD
«Catastrofizas» con frecuencia. El signo número uno de un trastorno de ansiedad generalizada es la preocupación constante que interfiere con las tareas cotidianas. La mayoría de nosotros tenemos un poco de preocupación, pero si se vuelve perjudicial, es posible que tenga TAG. En general, los pensamientos típicamente asociados con los trastornos de ansiedad generalizada son dos: pensar que es muy probable que algo malo vaya a suceder o pensar que si algo malo sucede, va a ser horrible. Por ejemplo, todos nos ponemos un poco nerviosos antes de una gran presentación en el trabajo. Pero si le preocupa hacerlo tan mal que te van a despedir, es posible que tenga TAG.
Tiene problemas para conciliar el suelo o dormir del tirón. El estrés y la ansiedad pueden causar o incrementar los problemas de sueño que tengas. Revisar mentalmente las tareas pendientes puede mantenerte despierto por la noche, especialmente si te obsesiona todo lo que tienes que hacer. Y la relación entre el sueño y la ansiedad es un círculo vicioso. Perder suficiente sueño también puede agravar la ansiedad. Tu capacidad para dormir bien no es la única forma en que la ansiedad afecta su cuerpo.
Con frecuencia te estresas por tu relación. La ansiedad también afecta a las personas que te rodean, especialmente a aquellas con las que pasas más tiempo o con las que confías para recibir apoyo. Eso significa que puede tener un efecto real en tus amistades cercanas o relaciones de pareja. Además, es posible que las personas con ansiedad no confíen en que sus relaciones sean sólidas y seguras. Las personas con mucha ansiedad también pueden estar nerviosas e irritables, lo que puede tener un impacto negativo en las relaciones.
Te fijas mucho en tu apariencia. La mayoría de nosotros podemos descubrir que nos ha salido una nueva arruga o un gran, pero aplicamos un poco de maquillaje y seguimos con nuestro día. Pero las personas con un trastorno de ansiedad a veces se obsesionan demasiado con su apariencia. Una persona que con ansiedad se puede obsesionar con su aspecto físico antes de salir de la casa, y estar más pendiente de ese tema a lo largo del día o incluso evitar salir de casa y cualquier situaciones social.
1 HUYE DE COLORES DEPRIMENTES
No se te ocurra poner una funda nórdica de color negro. Los tonos cálidos y alegres contribuyen a alegrar el animo, pero tampoco elijas uno muy estridente como el rojo, ya que puede alterarte más. Mira este informe sobre los colores que reducen el estrés.
2 PINTA
No estamos diciendo que te conviertas en Monet, pero el mero hecho de focalizar tu atención en pintar un cuadro mientras combinas los colores es una de las mejores terapias que puedes hacer. Prometido.
3 TOCA UN INSTRUMENTO
Tampoco queremos que seas Jimi Hendrix, pero sentarte en el sofá o en la cama y tocar las cuerdas, o concentrarte en sacar una canción nota a nota, es una actividad que relaja y motiva a partes iguales. ¡Atrévete!
4 COCINA
Y no, no por obligación, sino por placer. Aprende a cocinar platos nuevos, algo que te divierta y te haga mantener la cabeza ocupada.
6 CÓMPRATE UNA PLANTA DE LAVANDA
El olor de la lavanda tiene propiedades relajantes, así que pon una planta cerca de la cama para que cuando llegue la hora de dormir puedas conciliar mejor el sueño.