A cada estilo, una forma de uñas: las opciones son varias y se ajustan a los gustos y el estilo de cada persona. Como profesionales de la imagen, es imprescindible que conozcamos todas las formas a nuestro alcance, para ofrecer a los clientes la opción que mejor se adapte a sus necesidades, así como que garantice la mejor durabilidad del producto.
Forma cuadrada
Para conseguirla debemos dejar crecer la uña de manera natural y luego limarla en horizontal. Es ideal si queremos que las uñas tengan más fuerza y no se rompan con facilidad, pero es una forma que no favorece la belleza de todas las manos, ya que el efecto visual de la uña cuadrada ensancha las manos.
Forma ovalada
Debemos dejar crecer las uñas y redondear la punta con la lima. Esta forma es ideal si buscamos el máximo soporte y si las uñas tienen tendencia a quebrarse.
Forma redondeada
Limamos los costados de las uñas y redondeamos las puntas a ras del dedo. Ideales para aquellas personas que deben o les gusta lucir las uñas cortas, o bien aquellas que se están aplicando algún tratamiento para cuidarlas (fortificante, de crecimiento, etc).
Forma almendrada
Redondeamos las esquinas y dejamos los extremos ligeramente en punta. Es ideal para aquellas personas que cuidan de sus uñas a menudo y no les gusta llevarlas muy largas. El hándicap es que está forma no es muy durable y requiere volver a limarlas regularmente.