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Tienes la piel con muchos poros abiertos. ¿Esto te recomendamos?

Abrir poro. Cerrar poro. Me recuerda a cuando en la película Karate Kid, el señor Miyagi le decía al joven Daniel aquello de: “Dar cera. Pulir cera”. Y aunque la publicidad de los cosméticos nos haya hecho creer que los poros se abren y cierran como si fuesen puertas, nada más lejos de la realidad.

Lo cierto es que hay cierta obsesión por el tamaño de los poros (problemas del primer mundo), quizá por la cultura del selfie y el abuso de los filtros en redes sociales. Pero empecemos por el principio: qué son y para qué sirven los poros. Pues el poro no es más que un orificio natural de la piel. De hecho, es la salida del folículo pilosebáceo.

Y chimpún. Así de sencillo, pero viendo la batería cosmética de “perfeccionadores de la piel” para tratarlos, y la cantidad de mitos sobre qué son y cómo, supuestamente, podemos reducir su tamaño, es inevitable dudar. Como me contaba la dermatóloga Paloma Borregón: “El poro tiene que estar, pero nos gusta que se note menos. Por eso, buscamos tratamientos que los puedan disimular”.

El poro se nota más dependiendo de la genética, de los factores hormonales (sobre todo, por acción de la testosterona) y de la edad.El poro se notará más cuanta más secreción sebácea acumulemos dentro. La clave: limpiar y exfoliar.

Los productos oclusivos (por ejemplo, el aceite de coco) provocan que el poro esté más taponado y se llene más de esa secreción sebácea. Pero, ojo, las parafinas y las grasas son importantes, sobre todo en algunos tipos de piel, como las secas, porque ayudan a mantener la humedad. Solo hay que saber usarlas.

El daño solar hace que con el tiempo el poro se note más porque perdemos la fibras de colágeno y elastina y, así, la piel se vuelve menos elástica.

El punto negro no es suciedad.

Es producto de la oxidación del contenido sebáceo (lípidos, grasas y queratina) que elimina el poro.

La piel TRANSPIRA (no respira)

Otro gran mito que es hora de tumbar: la piel no respiraLa piel transpira.

La piel no respira. No es un pulmón
Seguro que alguna vez has leído en Internet que el aceite mineral es malo para la piel porque no deja que la piel respire. Pero la piel no respira a través del poro, sino a través de los vasos sanguíneos, que es, precisamente, por donde le llega el oxígeno. Como dice la Dra. Borregón con mucho acierto: “La piel no respira. No es un pulmón”. ¿Cuál es, entonces, la mejor rutina para tener unos poros en plena forma? Limpiar, exfoliar y apostar por los retinoides para que sean menos visibles.

La limpieza y la exfoliación son siempre importantes. Si usas productos que contengan vitamina C, con más razón. Aunque la vitamina C no mancha la piel (seguro que esto lo has leído también), sí puede ensuciar el poro, sobre todo si no la aplicas bien. Muchas veces, si optamos por un sérum con vitamina C, tenemos la mala costumbre de aplicarlo sobre la cuenca de la mano, y de ahí directamente a la cara. Así, todo el producto se concentra en la llamada zona T (frente, nariz y barbilla). ¿Cuál es el problema? Que esta zona (especialmente la nariz) suele ser más grasa y tener el poro más dilatado.

La vitamina C penetra en el poro y se oxida al entrar en contacto con el oxígeno. Resultado: puntos negros.

¿La solución? Emplear una loción exfoliante de uso diario con ácido salicílico. Prefiero este tipo de fórmulas a los clásicos exfoliantes con grano porque con estos es más fácil que te pongas a frotar como si no hubiese un mañana. Recuerda: estás cuidando tu piel, no sacando brillo a la vitrocerámica. ¡No frotes! Además de elegir una buena fórmula limpiadora (aquí la textura es a gusto del consumidor) y apostar por las lociones exfoliantes de uso diario, tienes que hacer hueco a los famosos retinoides, las moléculas derivadas de la vitamina A. Y de todos ellos: el retinol es el Santo Grial de la cosmética.“El Retinol (vitamina A) es el más usado en cosmética. Al contrario que el  ácido retinoico, ofrece menor irritación cutánea, aunque dependerá de la fórmula final. Podemos encontrarlo en concentraciones desde 0,1% hasta 1,0%. Además de actuar como despigmentante y antiedad, es un potente antioxidante, lo que hace que sea recomendable de noche para evitar su oxidación”, explica Raquel Marcos, doctora en Química, en su libro Belleza con ciencia.

Seguro que en breve me llegará al consultorio alguna duda sobre los retinoides, así que, como decía Mayra Gómez Kemp en el programa de televisión Un, dos, tres: “Tarjetita verde y hasta aquí puedo leer”. Hasta la próxima entrega, chavalas.