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Senos: vetusto objeto de deseo

Senos: vetusto objeto de deseo

Mantener un busto elevado y bello se convierte en una obsesión para muchas mujeres. Debido a la delicadez de la zona, caracterizada por una piel fina que no se sostiene sobre ningún músculo, no es fácil conseguir que su tersura permanezca tras los años sin mantener unos buenos hábitos cosméticos, una buena alimentación o usar un sujetador adecuado. Si cuidamos todos estos aspectos conseguiremos un pecho digno de admiración.

Desde hace tiempos inmemoriales, los senos han sido un objeto de deseo de la anatomía femenina por parte de la mayoría de culturas. La veneración a la mujer y a sus atributos ha desarrollado una gran preocupación en la actualidad por mantener un pecho firme, terso y joven por más tiempo; manteniendo así a raya el paso de los años, la flaccidez y el descolgamiento de la zona. Para prevenir estos desagradables efectos, antes tenemos que conocer las características de los senos con el objetivo de poder aportarles todo el cuidado que se merecen.

A diferencia de los pectorales masculinos, el pecho femenino no se sostiene sobre ningún músculo, así que no existe ningún ejercicio para mantenerlo fuerte y firme. La única manera posible de evitar el envejecimiento prematuro y la caída de los senos es cuidar al máximo la fina y delicada piel que actúa de sostén natural del pecho y que lo une al escote, de modo que la prevención es la clave del éxito para conseguir unos pechos elevados por más tiempo.

Antes de adentrarnos en los tratamientos cosméticos básicos para mantener la belleza de los senos, debemos saber que existen otros aspectos que son igualmente importantes y que suelen caer en el olvido. Por ejemplo, la importancia de una alimentación equilibrada y adecuada que evite cambios de peso bruscos, que pueden desencadenar la aparición de estrías y demás imperfecciones más difíciles de eliminar. Otro de estos aspectos es la importancia de mantener una postura adecuada: andar con los hombros caídos, por ejemplo, conlleva que los senos sean más propensos a descolgarse. Por último, es básico para mantener un correcto cuidado de la zona usando un sujetador que se adapte perfectamente al pecho, ya que muchas mujeres usan tallas equivocadas que no se ajustan a sus pechos y que todavía agravan más los problemas de tersura. A la hora de escoger el sujetador adecuado, debemos tener en cuenta el contorno del pecho, la altura de los hombros o la anchura de la espalda.

También hay algunas prácticas muy comunes que se deberían evitar a la hora de cuidar la piel del pecho; por ejemplo, ducharse con agua extremadamente caliente, que puede provocar irritaciones y rojeces en la delicada dermis. Un truco casero que funciona para aportar tersura y firmeza a la zona es aplicar un chorro de agua fría justo antes de salir de la ducha.

El tratamiento adecuado

Una vez tomadas estas medidas de precaución básicas, se debe seguir cuidando la piel del pecho con el paso básico para evitar el descolgamiento y el envejecimiento prematuro: la hidratación cosmética. Hay multitud de productos específicos con diferentes texturas para hidratar la piel del pecho: cremas, aceite, mousse, gel… según el tipo de piel se debe escoger la que mejor funcione en cada caso, si bien es cierto que los geles son de absorción más rápida, más fáciles de trabajar y, por lo tanto, más cómodos.

A la hora de aplicar el producto sobre la piel, debe hacerse mediante movimientos circulares ascendentes, que incentiven la firmeza de la piel. Además de los tratamientos de cuidado diario, para mantener la belleza de los senos es muy importante cuidar la piel con tratamientos en cabina, como exfoliaciones suaves y mascarillas extra hidratantes que ayudarán a recuperar la firmeza, hidratación y juventud del pecho. Y es que sólo adoptando unas rutinas de cuidado y cosmética adecuadas conseguiremos lucir un pecho más bello y más joven por más tiempo.