Un sérum facial es un producto que se aplica en la cara, de rápida absorción y que penetra hasta las capas más profundas de la piel, la característica principal de estos productos es que tienen más ingredientes activos que los que pueda tener una crema facial.
El sérum facial está destinado a nutrir y reparar la piel del rostro desde el interior. El uso de este tipo de cosméticos está aconsejado a partir de los 30 años de edad, cuando la piel comienza a mostrar los signos de la edad como las primeras arrugas, pero este puede ser usado a cualquier edad, pero se debe tener cuidado que el sérum sea adecuado para nuestro tipo de piel; mixta, grasa, seca o sensible.
En las pieles grasas se recomienda un sérum comedogénico, exfoliante y purificante con ácido salicílico para reducir el tamaño de los poros. Además que contenga alfahidroxiácidos, ácido glicólico y ácido láctico en concentraciones entre el 8-12 por ciento.
En el caso de la piel con manchas se recomienda un sérum con principios despigmentantes como el ácido azelaico, el ácido kójico, la nicotinamida (Vit B3) o extractos vegetales como gayuba (uva rastrera), arándano rojo o té verde.
Son recomendados especialmente en personas con la piel deshidratada, manchas o problemas de acné, estos signos se ven disminuidos si se utiliza sérum de manera constante. Este instrumento de belleza se debe aplicar con el rostro limpio y antes de las cremas hidratantes por el día o la noche.
Suelen estar formulados con retinol o ácido hialurónico, y los de efecto iluminador o unificador del tono, con ácido ascórbico (vitamina C).
