La manteca de karité es un producto natural que nace del Butyrospermum parkii, un árbol de la sabana que crece en el centro y el oeste de África, en países como Senegal, Burkina Faso y Nigeria. La cual se considera como un tesoro si hablamos de la cosmética, es una maravillosa fuente de propiedades para el cuidado de la piel, las uñas y el cabello.
Esta manteca posee múltiples propiedades reparadoras, además suaviza la piel, le aporta flexibilidad y la hidrata en profundidad. Es rica en vitaminas A, D, E y F, está compuesta por látex y componentes que evitan que la manteca se convierta en jabón.
La manteca de karité protege del sol y previene contra posibles quemaduras solares, ya que recubre la piel con la película invisible. Además, también protege contra el frío, es muy efectiva para evitar el frío o humedad en las manos y en los labios.
Por poseer diferentes vitaminas tiene un gran poder de hidratación y nutrición que mejora la elasticidad de la piel, a la vez que la repara y la regenera gracias a su contenido en vitamina F. Por contener vitaminas A, D, E y F, es un excelente agente curativo y eficaz contra quemaduras y cicatrices.
La manteca de karité se puede usar en el cabello para aportar un extra de hidratación y protección del sol. Con su aplicación, tu melena lucirá suave, con volumen y brillante.
Por si fuera poco, la manteca de karité trata los problemas de estrías, arrugas, manos o talones secos o ásperos, incluso de acné.