A partir de los 30 años se va reduciendo la síntesis de colágeno y su calidad. Además de que, si existe una alimentación rica en hidratos de carbono, el colágeno se vuelve rígido y poco flexible, nuestro piel tiene un aspecto más envejecido y comenzamos a ser más conscientes de la edad.
Como nos explica Inmaculada Canterla, experta en medicina antienvejecimiento y directora de la Clínica Antiaging, Cosmeceutical Center, para evitar esta pérdida, todo comienza y termina por inducir su síntesis.
Hay muchas formas de estimularlo e intentar aumentar su cantidad y calidad, señala la experta. Pero antes de ver qué podemos hacer, nos explica qué es el colágeno.
«Es la proteína más importante en nuestro organismo y también la más abundante. Su función es clave, ya que ayuda a conformar los tejidos». Y es que el colágeno se organiza en forma de fibras y estas, a su vez, crean redes que aportan sostén a los tejidos, por lo que es responsable de la firmeza de la piel.
Existen más de 20 tipos de colágenos con propiedades diferentes en el cuerpo humano (colágeno tipo I, tipo II, tipo III….).
¿Cuándo empieza la pérdida?
A partir de los 20 años, la producción de colágeno se ralentiza, por lo que a los 35 suelen aparecer los primeros signos de flacidez facial.
Como nos explica la especialista, los fibroblastos son las células que sintetizan el colágeno. A partir de los 20 años, el número de fibroblastos y su función va disminuyendo progresivamente. Y eso hace que, con el paso del tiempo, la estructura del colágeno cambia, comienza a agruparse en nudos irregulares con amplios espacios entre ellos, en vez de formar una malla homogénea, lo que provoca la flacidez de la piel y el descolgamiento gradual de los tejidos, propios del proceso natural de envejecimiento.
¿Cuáles son las consecuencias de esta pérdida?
El grosor de la piel está directamente relacionado con la cantidad del colágeno que ésta contiene y una de las razones para el envejecimiento cutáneo es la disminución del contenido de colágeno en la piel.
Por ello es recomendable estimular la síntesis. Como nos adelanta Canterla, esto se hace tanto por vía tópica, con la aplicación de cosmecéuticos, o con tecnologías como la radiofrecuencia, como por vía oral con la alimentación y/o los nutracéuticos.
De esta manera, se estimula la producción de colágeno, se disminuye el adelgazamiento, la sequedad, el aspecto apagado y la aparición de arrugas en la piel.
Alimentos para activar el colágeno
Como decíamos, el colágeno es una proteína que se forma a partir de los aminoácidos ingeridos de fuentes alimentarias. Cuando disminuye la ingesta de proteínas y la eficiencia con que se utilizan los recursos del metabolismo humano, se reduce el contenido de colágeno de la piel, aumenta su rigidez y disminuye su solubilidad.
Por ello, la dieta es un factor muy importante a tener en cuenta para estimular la activación del colágeno. En este sentido, la experta en medicina antienvejecimiento señala que «los alimentos que más promueven su producción son “el pollo, el pescado, las carnes rojas, los embutidos, la soja, la gelatina y alimentos ricos en vitamina C«.
Ejercicio para activar el colágeno
Es otro de los grandes aliados para la síntesis del colágeno es el ejercicio físico. Según recomienda la experta, «un estilo saludable es básico: hacer ejercicio moderado a intenso de forma regular, dormir bien, así como realizar masajes y ejercicios para provocar un resultado de lifting facial remodelando contornos».
Otra forma de rejuvenecer la piel del rostro y estimular la síntesis de colágeno y elastina es realizar ejercicios de yoga facial, una técnica que fortalece los músculos de la cara y a la que solo tienes que dedicar cinco minutos al día para notar los resultados.
¿Necesito suplementos?
«El objetivo principal de la suplementación con colágeno no es incorporar esta sustancia a nuestro tejido conjuntivo, sino producir colágeno endógeno, esto es, forzar a nuestro cuerpo a crear su propio colágeno a partir de los péptidos ingeridos», nos advierte Inmaculada Canterla.
La incorporación de colágeno vía oral proporciona al organismo cantidades suficientes de cadenas de aminoácidos pertenecientes al colágeno (los principales son la glicina, arginina, prolina e hidroxiprolina) que podrán entrar en la ruta metabólica de formación de nuevo colágeno, es decir, el colágeno tal cual no va a tener una absorción propiamente dicha en el organismo, sino que se absorberán sus aminoácidos entrando en las rutas metabólicas de síntesis de colágeno.
«Consumir colágeno hidrolizado no tiene por qué ser un tratamiento puntual o esporádico una o dos veces al año, sino que se puede realizar de forma regular a lo largo del año. No es más que un aporte proteico extra que, eso sí, debería estar prescrito y controlado por profesionales», añade.
