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La rutina japonesa de cuidado de la piel de Anna Ortiz: exprés y con mucha técnica

La rutina coreana de cuidado de la piel ha pasado de ser una gran desconocida, reservada solo para entendidos de la cosmética, a ser un concepto beauty al alcance de todos los públicos. Sus diez pasos, para muchos eternos, consisten en una esmerada limpieza de la piel -combinando dos cosméticos-, seguida de capas y capas de hidratación a base de productos de base acuosa, rematadas por el ineludible protector solar. La rutina japonesa, por el contrario, busca simplificar procesos, para lo que se basa en cosméticos multifunción, en pocos pasos y con una concreta técnica de aplicación. Este método es el elegido por Anna Ortiz.

Ataviada con la reglamentaria diadema beauty para no manchar el cabello, sobre la piel completamente limpia, la mujer del futbolista comienza aplicando unas gotitas de tónico, un ‘refresh’ según sus propias palabras, con las que mantiene la humectación de la piel y la prepara para el siguiente paso, que puede ser un sérum o, en el caso de Anna, un tratamiento detox de formulación parecida a la de un sérum o una loción. Sin embargo, la sorpresa llega cuando la catalana aplica este primer paso de su rutina para refrescar e hidratar la piel no con las manos sino con ayuda de una esponja tipo manopla, muy parecida a las que se utilizan con los autobronceadores en mousse, y del mismo modo que se aplica un tónico con un disco de algodón. Presionar pero jamás arrastrar. Anna Castillo ha interiorizado las directrices de la belleza japonesa en cada uno de sus pasos cosméticos.

Con ligeras presiones, tan solo deposita el producto en el tercio superior. Calienta unas gotitas del tratamiento detox en las palmas y las aplica con toquecitos para mejorar su penetración, acompañándolo todo siempre con un coreografiado masaje. Rompiendo con las habituales rutinas de belleza, el siguiente paso de Anna Ortiz es el corrector. Para conseguir ese efecto de piel ultranatural y jugosa, simplemente con un tono unificado, la catalana utiliza un corrector fluido tipo gotero. Con su propia pipeta, deposita sobre la frente cuatro estratégicas gotas que esparce del mismo modo y, con el producto sobrante aplica un toque de color en la zona de las ojeras. Este tipo de aplicación del corrector por secciones y puntos de luz se viralizó en Instagram hace unos meses, convirtiéndose en la alternativa al contouring, pero sin terminar de parecerse al microconcealing de las Kardashian que convertía el corrector en base de maquillaje, ni el contouring invertido de Vicky Martín Berrocal

El cuarto paso de la rutina de Anna Ortiz se centra en iluminar la piel de una forma muy natural y rápida, continuando con su gusto por los cosméticos en crema. Como mostraba en Instagram, su preferido es un iluminador de un tono ligeramente peachy, muy cercano a su color de piel, que se funde con la yema de los dedos. En vez de depositar el iluminador en la zona alta del pómulo, donde suele impactar la luz, Anna lo aplica en la parte alta de las mejillas, entre el área de la ojera y la manzana de la mejilla. El tono del cosmético, muy natural y poco pigmentado, ilumina y viste la piel con un color muy natural, como de mejilla sonrosada, imitando a esos looks naíf tan propios del país.

El resto de ingredientes secretos
Tras tonificar, tratar, corregir e iluminar, el último paso de esta curiosa rutina de cuidado de la piel es hidratar. Esta novedad cambia por completo el efecto logrado con la rutina. En vez de conseguir una piel impoluta, se consigue una piel muy jugosa y sin imperfecciones pero de acabado muy natural, como de cara lavada, con el que Anna afronta cada día.

Pero un ingrediente fundamental de esta ‘morning rutine’ de influencia japonesa y adaptada a la jornada de una madre de cuatro es el maquillaje permanente. Aunque en el vídeo Anna no aparece maquillando sus ojos ni sus cejas, estos parecen indicar lo contrario. Los ojos muy oscuros pero sin rastro de sombras o delineado se pueden explicar con las extensiones de pestañas. Pegadas una a una junto a las pestañas naturales, además de aportar volumen y longitud, también crean un efecto más tupido con el que no es necesario tener que delinear el ojo.

Sea cual sea el plan, el look de Anna siempre es muy sencillo y natural, pero tanto sus pestañas como sus cejas siempre aparecen perfectamente maquilladas y definidas. En el caso de las cejas, su diseño recto y sin ninguna calvita se consigue con técnica de maquillaje permanente como la micropigmentación o el microblading. El arco muy poco marcado y el nacimiento de la ceja con el que siempre vemos a la catalana se explican con este tiempo de tratamientos o con el uso de lápices de cejas, pero al ser una rutina exprés, no hay ni rastro del maquillaje de los ojos.

Desde 2018, Japón se ha convertido en la residencia de los Iniesta-Ortiz y la catalana se ha entregado a las costumbres niponas desde el minuto uno. Además de haber incluido elementos de la estética en su casa, la cosmética japonesa -prueba de ello es este tutorial rápido de maquillaje ultrasencillo- también se ha convertido en una influencia fundamental en su vida. Anna, con un cuidado y minimalista estilo, siempre se ha caracterizado por tener una especial delicadeza para la belleza. Peluquera de profesión, su melena, a caballo entre un bob francés y un chin bob italiano, lo demuestra, sin olvidar sus manicuras, siempre almendradas y reflejo de las tendencias de los salones de manicura japoneses.