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Ácido glicólico: el ingrediente de moda con beneficios ‘glow’

El ácido glicólico es un alfahidroxiácido (AHA) utilizado para trabajar la superficie más profunda de la piel y tratar las pequeñas arrugas, la falta de luminosidad o la piel dañada por el sol. De hecho, es uno de los favoritos de las coreanas, como explican en “El arte coreano del cuidado de la piel”, el libro editado por Miin Cosmetics, en el que colocan al ácido glicólico como uno de los más usados para realizar exfoliaciones químicas con las que eliminar las células muertas.

Este AHA, obtenido de la caña de azúcar, cada vez está más presente en cosmética. Y es que ayuda como ninguno a revelar una piel nueva, a estimular la regeneración celular, a luchar contra la piel grasa, regular los cutis mixtos, evitar los puntos negros o afinar los poros. En cosmética se utiliza en concentraciones que varían entre el 4% y el 20%, con beneficios diversos según los parámetros. Los productos con concentraciones más bajas realizan exfoliaciones muy ligeras sobre la piel. Las concentraciones más altas se utilizan en tratamientos de pigmentación, arrugas e incluso para tratar el acné.

Así que no es de extrañar que, si hablamos de luminosidad, el ácido glicólico sea un nombre que nos tenga que sonar a la fuerza. Entre otros de sus beneficios está la forma de sus moléculas. Tan pequeñas, que penetran mucho mejor en la piel y llegan a capas más profundas. Cuando la regenera por dentro, se revela por fuera en forma de luminosidad y piel saludable.

Pero cuidado, porque abusar de él no es bueno. No lo combines con otros ingredientes que resulten agresivos ni con otros ácidos que puedan ser una bomba para tu piel, especialmente si es sensible. Como afirman en el manual de belleza coreana, “pueden dañar o resecar la piel.” Otras cosas que debes saber es que puede que tu piel se pele en las primeras aplicaciones o sientas un ligero calor, picor o escozor. Tranquila, es normal: está actuando.

Cómo usar el ácido glicólico
Debes saber que cuanta más concentración tenga el producto a utilizar, más eficacia tendrá, pero también puede que te irrite más la piel. Por eso, comienza a usarlo en pequeñas dosis. Por ejemplo, un 8%, y en noches sueltas, dos o tres días a la semana. Así, irás acostumbrando tu piel, poco a poco, a los AHA. Más adelante podrás aumentar la concentración para un tratamiento más intensivo sin dañar la piel.

Comienza usándolo de forma salteada, por la noche, un par de días a la semana. Así comprobarás cómo reacciona tu piel. Si lo haces por la mañana, es FUNDAMENTAL que a continuación apliques un protector solar alto. ¿La razón? Que al eliminar las células muertas de la superficie de la piel, los ácidos disminuyen la protección natural de la barrera lipídica y nuestra piel queda más expuesta a los daños externos.

Se usan después de la limpieza facial. Es decir, es fundamental tener la piel completamente limpia. Masajea el producto en la piel, ligeramente húmeda evitando la zona del contorno de los ojos y aclara. También pueden usarse con discos de algodón, sin aclarado, a modo de tónico.

Si nunca has usado el ácido glicólico, comienza a usarlo en bajas concentraciones. Un 8% será perfecto. Si tu piel ya está acostumbrada a los AHA, puedes subir las concentraciones hasta un 15%, por ejemplo. Si tu piel tiene tendencia al acné, no te asustes si tu dermatólogo (porque lo mejor es que acudas al especialista), combine un tratamiento de ácido glicólico con ácido salicílico.