La filosofía menos es más es muy socorrida cuando se trata del ritual facial nocturno, y más si hablamos de cosméticos efectivos que, con poco esfuerzo (y menos tiempo), pueden lograr una piel limpia, sin imperfecciones, suave e hidratada.
Tener una piel saludable depende de distintos factores, pero, sin duda, la constancia es uno de los más importantes. Llevar a cabo una rutina facial de noche es igual de fundamental que hacerlo por la mañana. Y, aunque parezca que hacerlo dos veces al día nos quite mucho tiempo, la realidad es que no es necesario seguir un cuidado de la piel de noche extenso y repleto de multitud de pasos.
Existen determinados productos multifunción, conocidos como la cosmética híbrida, que, con poco esfuerzo, pueden lograr resultados excepciones, pero es muy importante saber cuáles son los adecuados dependiendo del momento del día en el que nos encontremos y nuestro tipo de piel.
Así, al igual que por la mañana no puede faltar una crema solar de amplio espectro para evitar la aparición de manchas, por la noche el retinol es uno de los principios activos más recomendados para mejorar la textura de la piel y atenuar las arrugas. Mientras dormimos, la piel procede a realizar la reparación celular y los ingrediente y activos serán más eficaces. Una forma sencilla de darle a la dermis las propiedades que necesita mientras disfrutas de un sueño reparador.
AGUA MICELAR COMO BASE DE CUALQUIER RUTINA NOCTURNA
Durante el día, son muchos los momentos en los que tenemos contacto directo con los radicales libres: polución, contaminación, rayos UVA… Para irnos a la cama con la piel bien limpia, es fundamental que el primer paso sea aplicar agua micelar para poder retirar todo tipo de residuos del rostro (sudor, suciedad o contaminación), además de eliminar el maquillaje. Y, aunque nos hayan hecho creer todo lo contrario, debemos saber muy bien qué tipo de limpiador facial elegir, y eso depende de las características de nuestra piel. Existen productos para pieles secas, sensibles, grasas o mixtas.
GEL LIMPIADOR PARA UN DOBLE LIMPIEZA
La limpieza facial no acaba con el uso de un agua micelar. Es recomendable aplicar otro producto más. Hablamos del gel limpiador, ese capaz de eliminar todos y cada uno de los residuos instalados en nuestros poros (o por lo menos los que hayan permanecido tras aplicar el primer paso). Puedes aplicártelo masajeánsolo por el rostro para, a continuación, aclararlo con agua tibia.
TÓNICO PARA CALMAR Y EQUILIBRAR EL PH DE LA PIEL
Considerado uno de los productos clásicos de la artillería pesada del cuidado facial, el tónico navega entre la limpieza y la hidratación de la piel, por lo que debe aplicarse en el tercer paso. ¿Sus beneficios? Muchos (y muy buenos): refresca, hidrata, cierra los poros, prepara la piel, aumenta el riego sanguíneo en la zona aplicada, restablece el pH del cutis y, además, es un agua sensorial. ¿Qué más necesitas para incluirlo en tu rutina beauty?
ACEITE FACIAL, EL HIDRATANTE BÁSICO QUE NECESITAMOS
Tras la doble limpieza facial, es el turno del aceite facial. Un cosmético capaz de aportar los nutrientes necesarios para conseguir un rostro radiante. Ayuda a suavizar las líneas de expresión, atenuar las arrugas, eliminar las rojeces y alisar la textura de la piel. Para un uso correcto, se recomienda aplicar, aproximadamente, entre tres y cuatro gotas para todo el rostro, puedes mezclarlas con tu crema hidratante habitual.
EL TRATAMIENTO NOCTURNO POR EXCELENCIA: EL SÉRUM
El sérum es, quizá, el tratamiento nocturno por excelencia. Una vez que la piel ya está preparada para aplicarlo, recibe una dosis extra de hidratación y reparación. Y todo gracias a sus formulaciones concentradas que actúan en las capas más profundas de la dermis consiguiendo que los activos sean más eficaces. Además, ayuda a eliminar las imperfecciones, las afecciones cutáneas como el acné o la falta de luminosidad y a retrasar el envejecimiento prematuro. Eso sí, es fundamental saber si el tipo de piel que tenemos puede tolerarlo ya que puede causar irritación en pieles sensibles y reactivas.