La esquizofrenia es una enfermedad mental crónica que afecta a más de 20 millones de personas en todo el mundo.
La esquizofrenia se presenta en tres etapas: prodrómica, activa y residual. Diagnosticar dichas etapas es importante para que un individuo reciba el tratamiento correcto, de manera que sea posible controlar su condición.
Hoy les hablaremos de la etapa prodrómica, que es la primera que tiene lugar en las personas con esquizofrenia. Esta surge antes de que aparezcan síntomas psicóticos notables. Durante ella, una persona sufre cambios conductuales y cognitivos que pueden, con el tiempo, progresar a psicosis.
La etapa prodrómica de la esquizofrenia generalmente involucra síntomas no específicos que también se presentan en otras enfermedades mentales, como la depresión.
Los síntomas de la esquizofrenia prodrómica incluyen:
Aislamiento social
Falta de motivación
Ansiedad
Irritabilidad
Dificultad para concentrarse
Cambios en la rutina normal
Problemas para dormir
Descuidar la higiene personal
Comportamiento errático
Alucinaciones leves o pobremente formadas
Según los autores de una revisión del año 2018, hasta el 73% de las personas con esquizofrenia experimentan la etapa prodrómica antes de desarrollar los síntomas característicos de la enfermedad.
Por ello, identificar a las personas en la etapa prodrómica sigue siendo un gran desafío.