Si crees que podrías padecer trastorno obsesivo compulsivo (TOC), debes hablar con tu médico lo antes posible. El TOC suele tratarse con medicamentos como inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, psicoterapia como la terapia cognitiva conductual (TCC) o una combinación de ambas.
Algunas personas con TOC encuentran útil la TCC porque este tipo de terapia les enseña a pensar de manera distinta sobre sus obsesiones y compulsiones, ayudándolas a superar estos pensamientos y comportamientos no deseados.
Un estudio del año pasado utilizó resonancia magnética funcional para examinar cómo respondieron los cerebros de personas con TOC a un tipo de TCC conocida como prevención de exposición y respuesta (PER).
La PER consiste en exponer a las personas que tienen TOC a cosas que desencadenan sus síntomas, y su finalidad es alentar a la persona a resistirse a seguir sus impulsos habituales en estas situaciones.
El equipo detrás de esta investigación encontró que los cerebros de personas con TOC que recibían PER mostraban un aumento significativo en la conectividad entre ocho redes cerebrales.
Los autores sugieren que dichos cambios cerebrales podrían representar cómo los participantes activan diferentes patrones de pensamiento y aprenden nuevos comportamientos no basados en compulsiones.
No obstante, entre el 30 y el 60 por ciento de las personas que reciben tratamiento para el TOC descubren que no les es de mucha ayuda. Por lo tanto, es fundamental hallar otras estrategias que permitan controlar los síntomas del TOC en estos pacientes.