Es la forma más natural de eliminar las células muertas de nuestra piel, lo que dará lugar a que se vea más luminosa y los tratamientos penetren mejor.
Las células de la piel, cuando mueren, se quedan posadas en la superficie del rostro. Si estas no se retiran, pueden provocar infecciones, irritaciones y picores, que pueden tratarse con cosmética o productos específicos para la piel que ayuden a calmar principalmente las irritaciones. Pero, es importante saber que, los productos de tratamiento que se pongan sobre el rostro serán menos eficientes porque esta piel muerta les impedirá penetrar en las capas profundas de la piel. Por tanto, para que la piel, además de tener visiblemente un buen aspecto esté bien cuidada, es fundamental seguir ciertas pautas que aconsejan los especialistas; pautas como rutinas específicas que puedan hacerse en casa o tratamientos en cabina que ayuden a limpiar la piel y a mantenerla a raya siempre y cuando una sea constante con ellos.
Para retirar las células muertas se emplea la técnica del peeling o exfoliación. La exfoliación sirve, principalmente, para liberar la piel de las células muertas y para suavizarla, logrando que su aspecto y textura mejoren notablemente tras hacerlo. Pero, sus beneficios van más allá ya que, entre otras cosas, una exfoliación ayuda a prevenir la congestión de los poros y, como consecuencia, a que no se formen más impurezas. En lo que respecta a los tipos de exfoliación, generalmente existen dos tipos: el peeling mecánico y el peeling químico. Los primeros son fórmulas que contienen pequeñas partículas que arrastran las células muertas para retirarlas mientras aplicamos un suave masaje con ellas. Este tipo no está recomendado para pieles sensibles ya que las partículas pueden erosionar su delicada dermis. El peeling químico, en cambio, actúa a través de ácidos que se incluyen en la formulación adecuada en el producto. Estos son aptos para todo tipo de pieles y se recomiendan también cuando el objetivo es eliminar marcas de acné o cicatrices.
Además de esta clasificación general, en los últimos meses se está oyendo hablar del peeling orgánico. Esta variación es una técnica en la que se usan solo ingredientes de origen natural orgánico y se encuentra dentro de los exfoliantes químicos, al igual que el peeling químico. Las fórmulas están compuestas por ácidos frutales naturales y enzimas que disuelven las células muertas de la piel a nivel superficial. Estos componentes actúan desintegrando suavemente las células muertas, desobstruyen los poros, estimulan la producción de colágeno, que tiene múltiples beneficios para la piel y suavizan manchas, por lo que tras varias aplicaciones se puede notar la piel más firme y con un aspecto rejuvenecido.
Pero no se debe subestimar la acción de un producto simplemente porque sea orgánico o natural, porque estas dos palabras no son para nada sinónimos de inocuo. Estos mismos ácidos frutales en mayores concentraciones pueden ser irritantes para la piel. Por eso es importante poner el foco en los porcentajes de activos a la hora de elegir un producto de estas características. Cada marca y cada formulación son diferentes y lo aconsejable es empezar con un exfoliante de concentración baja durante las primeras semanas. Si la piel lo tolera, se puede ir aumentando el porcentaje de activos que se aplica. No obstante, si existen dudas acerca de qué producto es el que mejor se adapta a las necesidades de cada piel, lo más aconsejable es acudir a un especialista para que pueda guiarnos.
¿Qué ácidos se utilizan en los exfoliantes orgánicos?
Los dos tipos de ácidos más comunes en este tipo de producto son los ácidos alfa-hidroxi (AHA) y los ácidos beta-hidroxi (BHA). Pese a que sean dos ácidos con características diferentes y sus usos varíen en función de las necesidades de cada piel, los dos se pueden obtener de frutas como papaya, limón piña, manzana, uva o pomelo.
Los AHA son ácidos exfoliantes suaves entre los que se encuentran el ácido glicólico, láctico, cítrico y málico. Estos trabajan en las capas superiores de la piel para destruir las células muertas, eliminar manchas y limpiar poros. También se conoce que actúan sobre el flujo sanguíneo de la piel, aumentándolo.
Los BHA son grandes aliados de las pieles grasas porque son solubles en aceite y pueden penetrar a más profundidad que los anteriores. Por ello, estos están muy recomendados para pieles con tendencia a acné y pieles que tienden a generar puntos negros. Y eso no es todo, sus propiedades antimicrobianas y antiinflamatorias ayudan a reducir la frecuencia de los brotes. En este caso se obtiene en el ácido salicílico presente en la corteza del sauce.